De libros y autores

Carta al hijo

Nace el hijo y la vida deja de transcurrir en años o en meses. Ahora se trata del día a día, del instante, del pequeño gesto que hay que correr a registrar en una especie de diario paterno. La voz que escribe se parece a la de una carta a ese hijo que quizá algún día lo lea con la avidez con la que recorre su otra literatura infantil. Esta, la Literatura infantil (Anagrama) de Alejandro Zambra, es un ensayo literario sobre su ser padre a la vez que revisita su ser hijo. Es en esa literatura que comparte con Silvestre donde se empieza a crear un vínculo y un lenguaje único entre ellos.

Leemos con el placer de poder visitar un espacio tan íntimo. Adentro de esta casa, nos damos cuenta de que su experiencia nos interpela y no podemos evitar desear también tener un hijo o, por lo menos, escribir un libro así: “Más que recordar o relatar, quien escribe intenta ver las cosas como por primera vez, es decir como un niño, o como un convaleciente que regresa de la enfermedad y en cierto modo de la muerte, y vuelve a aprender, por ejemplo, a caminar. También la paternidad es una especie de convalecencia que nos permite aprenderlo todo de nuevo. Y ni siquiera sabíamos que habíamos estado gravemente enfermos. Acabamos de enterarnos”.

Este es un libro que reflexiona sobre la vida, la familia, las trampas de la memoria y el oficio de la escritura: “También nosotros fuimos profesionales del juego; la obsesión de escribir ha sido, para mí, una forma de prolongar el juego hasta sus últimas consecuencias”. Incluso el hijo dice estar escribiendo un libro llamado Las preocupaciones de Alejandro, en el que se divierte con los dramas diarios de su padre.

Sobre el título, el escritor chileno menciona que “toda la literatura es, en el fondo, infantil. Por más que nos esforcemos en disimularlo, quienes nos dedicamos a escribir lo hacemos porque deseamos recuperar percepciones borradas por el presunto aprendizaje que nos volvió tan frecuentemente infelices”.

Recomiendo maridar este libro con Linea Nigra (Laguna Libros) de Jazmina Barrera, donde la escritora mexicana cuenta su punto de vista esperando y criando al mismo hijo del que habla Alejandro, Silvestre, pero con ese tono único que ella tiene: “El útero es un espacio exterior interno, un universo contenido” donde “sus patadas y sus desplazamientos me parecen una especie de clave morse: nuestra primera comunicación, deliciosamente ambigua y unidireccional”. Sus brillantes apuntes son, en su mayoría, previos al nacimiento, así como la idea que antecede a la escritura hasta que, al fin, ve la luz: “Nunca se me había ocurrido pensar en el parto como el momento de una partida: cuando alguien parte de ti. El momento de una partida y el momento de una partición. El momento de partirse en dos”.

>>Publicado en El Espectador, 25 agosto 2023.

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